Después de que durante dos años consecutivos el actor Benedict Cumberbatch estuviera nominado
a los Bafta y no haya ganado, creo
que es el momento de recomendar Sherlock
(BBC). La serie que moderniza al clásico de Sir Arthur Conan Doyle y que Cumberbatch
interpreta de forma magistral.
El proyecto de Sherlock
empezó cuando Steven Moffat y Mark Gattis, ambos siendo guionistas de Doctor Who, en sus ratos libres
discutían sobre hacer una adaptación de Holmes. Los dos escritores, grandes
fans del personaje, decidieron que antes de que nadie se les adelantase serian ellos
quienes escribieran una versión moderna del personaje.
De esta manera, los guionistas deciden arrancar al
personaje de todos sus tópicos, el cual había quedado envuelto entre la niebla
de Londres, la gabardina y la pipa, y lo colocan en el Londres de la actualidad
conservando todos los rasgos que realmente forman parte de la esencia del
famoso detective.
En esta versión, Sherlock,
deja su adicción al opio (La del tabaco no del todo) y la cambia por las nuevas
tecnologías. Smartphone en mano el
personaje mantiene todas las características del original, Sherlock es descarado, canalla, muy ágil, obsesivo y excéntrico. La
actualidad le sienta muy bien al personaje y a toda la mitología de la obra
original, los guionistas han acertado plenamente en la adaptación de los casos
originales a nuestro tiempo. Si habéis leído las aventuras del detective en
seguida os daréis cuenta de los constantes guiños que se hacen.
Todo esto no sería posible sin el excepcional trabajo de
la pareja protagonista. En especial Benedict
Cumberbatch que parece poseído por el espíritu del personaje literario y
que hace muy difícil separar actor y personaje. La otra parte de esta famosa
pareja la encarna un más que correcto Martin
Freeman que consigue transmitir la personalidad del paciente y aburrido Dr. Watson y como su relación con Holmes le devuelve la vida. Aquí
podríamos incluir a un tercer personaje, la omnipresente ciudad de Londres con
su gente, sus monumentos y, sobretodo, sus estrechos callejones que consiguen
generar una atmosfera que encaja de forma impecable con la ficción.
A nivel de trama la serie funciona muy bien. Las temporadas son solo de 3 episodios de 90 minutos, donde en cada uno habrá una caso que resolver. Los episodios están excelentemente construidos con unas buenas dosis de intriga, acción y un poco de humor inglés, todo con un ritmo perfectamente marcado.
De momento podéis disfrutar de las 2 primeras temporadas,
la 3ª se espera para principios del año que viene. En otras series de policías
y detectives se resuelven casos, en Sherlock
se viven aventuras, si queréis experimentarlas pasaros por el 221B de Baker Street.
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